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La casa por el tejado

El gobierno es una casa que se empieza por el tejado. La economía es una casa que se empieza por el tejado. La sociedad es una casa que se empieza por el tejado. Nuestro principal problema es que no tenemos a nadie que sepa construir tejados. O tal vez, el problema sea precisamente el contrario, que los que lo construyen, saben perfectamente hacia dónde dirigir las goteras.

Sí, siempre has oído que...
...espera. Este no va a ser otro discurso sobre el estado terminal de esta decadente sociedad; esta vez no vas a leer cuán desdichados somos en este mundo de obesidad física e intelecto famélico, ávido de ingerir una porción de cultura y dignidad, por nimia que sea. Todo por algo que me sucedió hace unas semanas y que me hizo ver que posiblemente yo también esté empezando la casa por el tejado.

Tuve el placer de conocer a una lectora. Pese a que mantuvimos un breve coloquio, fue suficiente para que me formulase una cuestión que me mantuvo dubitativo durante horas. El ambiente era muy distendido y no se prestaba a entrar en profundas discusiones filosóficas. Además, comprendí que se trataba de una pregunta retórica. No obstante, nunca hubiera imaginado que aquél hecho, ese escaso cruce de palabras, haría que me sentase a reflexionar sobre por qué estoy haciendo esto. Estoy, acaso, convirtiéndome en otro de esos inútiles en los que tanto pienso cada vez que me pego con la creación de otro post? Hablo de guerras, de grandes historias de grandes victorias, de cómo no debe de ser todo y de lo mal que lo hace el resto pero, esa sencilla pregunta, esa pragmática cuestión reformuló la esencia. Básicamente se limitó a decir que lo que lee es muy bonito y épico, incluso con un toque de gloria espartana, pero que cómo demonios podía aplicarse nada de estas engorrosas aseveraciones en la vida cotidiana?

En definitiva, para qué sirve esto? Cuál es el principal motivo de tales discursos anacrónicos en los que hablo de respeto y honor, de gloria y dignidad? En efecto, el paso del tiempo ha empolvado los principios a los que hago alusión en mis pensamientos y sólo aparecen en viejos y ajados libros de historia como virtudes que otrora fuero útiles para la supervivencia, pero que suenan casi ridículos en estos tiempos donde reina lo absurdo.

En esencia, sólo pretendo una cosa, que es la única cosa que un ser humano debería pretender sobre otra; invitarle a reflexionar y razonar. La mayoría de los errores que cometes, la mayoría de las cosas que no funcionan, son fruto de un inmaduro razonamiento y una vaga reflexión. Precisamente en un mundo que te impide que tengas ni un sólo minuto para el examen de conciencia, en el que hasta ese íntimo momento en el baño se ha visto invadido por mensajes instantáneos en la palma de la mano, es donde hay que razonar más que nunca y pensar más que nunca en la causa-efecto de cualquier decisión que tomes.

Lo infinitamente fácil pede tornarse infinitamente complicado. Un efímero pensamiento que un día atravesó tu mente puede convertirse en una idea genial. Cada una de las acciones que realizas diariamente como un autómata, pueden convertirse en interesantes retos; ese trabajo aburrido que te mandan puede ser una oportunidad; la rutina o, mejor dicho, ser consciente de ella, es la mejor virtud para poder romperla. Yo veo héroes en ciertas personas con las que me cruzo, veo ejemplos en ciertos comportamientos y aprendo que la rutina es mi guerra y vencerla, mi obligación. La gloria no se encuentra sólo en las grandes batallas; hasta el más pequeño detalle, como una simple conversación con un hijo, puede resultar en un hecho provechoso. La vida es pura metáfora; así que sumérgela en aquello que más desees y mimetiza tu vida diaria con aquello que quieres lograr. Todo esto es fruto de la cordura, la calma, la reflexión y el raciocinio. Detrás de cada día se esconde una gesta.

Una vez oí en un programa de Boxeo: "caerse está permitido; levantarse es obligatorio". Tal ve así logremos un mundo construido con unos férreos cimientos sobre los cuales se meza un impermeable tejado.


Comentarios

  1. Enhorabuena! Objetivo conseguido: invitación a pensar recibida, aceptada y en uso y disfrute. Eso sí, nivel de frustración frente al entorno, evolucionando en progresión geométrica, pero creo que esta desesperanza tiene que ver más con la edad y el camino perdido..... Como le comento a nuestra amiga común, tus reflexiones son el motor para creer que cualquier tiempo futuro puede ser mejor, y que merece cualquier empeño que ponga en la educación de mi pequeño aborrescente. Y gracias por escribir y tenemos un café, té, cerveza o lo que te apetezca para acompañar una seguro que agradable conversación.

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  2. Eso está hecho.

    Es difícil vivir cada día como algo épico; de hecho, si lo hicieras, al final lo épico se tornaría en rutina y luchar contra hordas de enemigos sería lo más aburrido del mundo. Lo que está clarísimo es que si cada día te esfuerzas en tus cosas cotidianas, educando en las bases del respeto y el honor, conseguirás tener muchos días de "gloria" en el futuro.

    Un saludo!

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