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Efecto corriente, o sobre la autoestima insuficiente

Alguna vez te has parado a pensar en por qué haces lo que haces? Cuál es el verdadero motivo que subyace en gran parte de las decisiones que tomamos a lo largo de nuestra vida? Eres realmente feliz haciendo lo que haces o, por el contrario, lo único que haces es adhesionarte a una corriente de felicidad percibida, que sigue fielmente un marco establecido por un mercado voraz, germen de las garras del consumismo? Es decir, eres feliz porque te sientes feliz o eres feliz porque te dicen que con este estilo de vida tienes que ser feliz?

Este tema, que a priori puede resultar muy recurrente es, sin embargo, la asignatura pendiente que nunca logramos aprobar; si hablas con las personas, una por una, todas te dirán que estás en lo cierto cuando les postules el párrafo anterior. Sin embargo, acto seguido, una niebla, la de la adulación y el neón, cubre ese momento reflexivo y les reenganchará en esa espiral de felicidad previo pago.

Y he aquí una de las obras maestras, una de las mayores genialidades que nunca se han parido; el efecto corriente. Cuando un ídolo de masas realiza cualquier tipo de actividad, automáticamente ésta se convierte en un acto místico, casi divino y es ansiada por el resto de los mortales. Éstos no entienden, cuando se juntan en masa y forman parte de la corriente, que haya alguien que no requiera de esa actividad para ser feliz, que sea más feliz con otro tipo de menesteres menos sofisticados y más tradicionales. Al contrario, presumen que dicho sujeto no realiza tal o cual actividad no porque no le haga feliz sino porque no puede permitirse el realizarla. Piénsalo bien, es la jugada perfecta; si yo consigo enganchar a la gente en el consumo, a la par que logro hacer que el que no consuma ese bien sea marginado por la mayoría, estoy creando el producto perfecto, ya que se expande por sí mismo. Sólo tengo que plantar el germen a través, por ejemplo, de un futbolista o de la modelo de moda.

Somos víctimas precisamente de aquello que nos hace tan superiores al resto de las especies; la consciencia. La psique humana es un arma de doble filo, ya que con ella puedes hacer grandes logros, pero, asimismo, puedes caer fácilmente en la autodestrucción de tu razón. Somos excepcionalmente maleables por la corriente, sobre todo cuando nos juntamos en masa; por qué si no se habla del "nuevo orden mundial"? Por qué hay un G8 y un G20? Por qué esa obsesión con unificar el planeta en un único macro-organismo? Sólo pretenden crear una gran corriente, la corriente única, que auto-expulse a aquél que tiene criterio y poder de decisión sobre sus gustos y sus actos.

Los ejemplos se cuentan por miles y, basándome en mi propia experiencia, puedo hablar, por ejemplo de salir de fiesta. Si quieres ser el que triunfa y el más enrollado en el instituto, tienes que salir hasta que amanezca, ir pasado de todo y buscar pelea o a la chica guapa que todos quieren. Me gustaría hacer una encuesta a todos los clientes de alguna de aquellas macro-discotecas; estoy convencido de que más del 85% de la gente allí presente, no sólo no se lo está pasando bien, sino que desearía poder chasquear los dedos y estar en el calor del hogar, tumbado en la cama durmiendo. Pero si a alguien se le ocurre decir que se va antes de que "la manada" decida que ya es hora de irse, entonces, ese alguien se convierte en el paria, el "rajao", el que no se enrolla, el que "corta el rollo". Y finalmente decides quedarte, por el que dirán, para no ser el pringado que se va antes. Pero, te pregunto: estás siendo feliz en ese momento? No te haría más feliz ir a descansar después de haber tenido el rato de fiesta que tú querías y no el que la corriente quería?

Piensa en la cantidad de dinero y de tiempo que has invertido en realizar cosas que se supone dan la felicidad, pero que a ti nunca te la han dado. Muchas veces he pasado de salir de fiesta un sábado por la noche y me he quedado escribiendo algo o leyendo a alguien, encontrando ese momento en el que conectas contigo mismo, un momento en el que estás por encima del resto, en el que nada te importa, te abstraes de todo lo que percibes y lo confinas todo en un único pensamiento, el de converger hacia una felicidad absoluta  y que nadie más puede disfrutar en ese preciso momento salvo tú. Viajar? Es algo maravilloso, pero sólo si te gusta. Salir cada noche hasta las tantas? Es algo muy divertido, pero sólo si te gusta. En definitiva, todo puede ser muy divertido, pero lo que realmente te hará feliz es aquello que realmente te gusta; por eso explórate a ti mismo, abstráete de la corriente, no hagas caso de la masa y busca la felicidad en tu propio ser. Si te gusta quedarte una noche de fiesta en tu casa haciendo algo que te realiza, no lo dudes y piensa que aquél que lo critique, es víctima de esa corriente que sólo busca tu dinero y adoctrinarte; cree en tu autoestima y proyéctalo ante cualquier atisbo de manipulación por un tercero.

En definitiva, la vida no es más que un corto lapso de tiempo en el cual el único fin es ser feliz, sin dañar a nadie y sin dejar que te dañen; seguir la corriente generalmente te conducirá hacia una falsa felicidad, una vida banal en la que harás cosas que se supone te dan la felicidad y vivirás momentos supuestamente felices. Crea tu propia corriente y nada en ella, simplemente déjate llevar por ti mismo y piensa que la felicidad propia no se halla en los demás, sino en tu propio ser.

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