Cuál es el siguiente paso en este momento económico tan crítico a escala mundial? Qué conducta, postura y estilo de vida son los más apropiados actualmente? Cómo hemos de adaptarnos para salir victoriosos de ésta situación?
Las preguntas son infinitas, sobre todo en momentos en los que no se puede responder a ninguna. Pero, sin embargo, todas tienen un nexo común entre ellas: están mal formuladas. Nunca te has parado a pensar que tal vez contextualices demasiado a la hora de formularte una cuestión para resolver un problema? En el momento en el que defines más y más una pregunta, lo estás haciendo con el problema y le estás quitando, en consecuencia, grados de libertad. Automáticamente, con el simple hecho de poner más palabras en la pregunta, estás descartando soluciones.
Este modus operandi funciona perfectamente en facetas triviales de la vida; por ejemplo, antes de salir a la calle, puede que me pregunte a mi mismo: qué pantalón, que no sea el azul, me pongo? Acabo de descartar la solución del pantalón azul en el mismo momento en el que formulo el problema que ha de ser resuelto. Ahora bien, este tipo de actitud, que seguramente derive de una visión del mundo demasiado tecnócrata, que no cuadriculada, no es la más conveniente a la hora de resolver problemas trascendentales y de gran envergadura como puede ser el hundimiento económico de gran parte de un planeta. Si comienzas a definir un problema, descartando soluciones en su propio enunciado, puede ser que acabes de descartar la solución sin ni siquiera darte cuenta.
Verás que he puesto énfasis en recalcar que tecnología y mentalidad cuadriculada son dos conceptos que no tienen necesariamente el por qué casar. La naturaleza, desde una bacteria hasta las innumerables estrellas que giran en armonía, muy lejos de ser organismos tecnológicos, se acercan mucho más al caos y funcionan a partir de fundamentos ambiguos e incomprensibles a los que denominamos postulados. Sin embargo, seguramente has observado innumerables veces, que la naturaleza se basa en muy pocos de estos llamados postulados para crearlo todo. Las formas en espiral que puedes observar en el crecimiento de una planta y de igual manera en la formación de una galaxia, dan solución al problema de construir sin un esqueleto. En un medio fluido denso, la naturaleza decide siempre tomar formas ovaladas y en el mismo orden, pese a que suene completamente dispar, un perro decide estar durmiendo el mayor tiempo posible. Todos ellos están aplicando un único postulado fundamental, minimizar el esfuerzo. Queda así demostrado que "el universo" es lo más cuadriculado que existe ya que sólo se basa en un gran aspecto para resolverlo todo.
Y esta minimización del esfuerzo pasa por la formulación sin esfuerzo del problema. Hay que hacer un trabajo titánico para plantear una pregunta tan definida y milimetrada como las que oímos actualmente en los medios "informativos". Están violando el primer postulado, la esencia del todo. Pero ello les conviene, porque hace que mucha gente viva de este tipo de trabajos de formular preguntas complejas y sobre todo, sin pegar palo al agua. Se ha formado una pequeña élite social, que no resuelve nada; al contrario, que es especialista en generar preguntas complejas sin solución alguna y que no aporta nada a la sociedad, salvo quebraderos de cabeza y una estructura compleja e insostenible que acabará cayendo por su propio peso. Queda así demostrado que la humanidad no ha comprendido el concepto de simplicidad resolutiva, o, en caso de haberlo comprendido, no quiere aplicarlo por un interés.
La tecnología no es más que una herramienta para ahorrar tiempo en nuestras fugaces vidas y poder hacer, de este modo, en una, lo que llevaría cientos de ellas. Es la solución a ese eterno e innato miedo del ser humano, que es la muerte; se trata de una manera muy occidental de tratar de vencerla. Pero nos encontramos ante un problema de escalas. Estamos aplicando un método resolutivo, que es muy eficaz en algunos contextos para resolver algo en el que eliminar el más mínimo grado de libertad puede suponer la destrucción del todo. Recuerda que vives en un entorno caótico, regido por el principio del "efecto mariposa"; es por ello que el despreciar una solución, por insignificante que sea, puede acarrear una gran catástrofe. Queda así demostrado que ante los aspectos socioeconómicos, más cercanos a la metafísica que a lo material, no hay lugar para definir el problema, ya que todos se tratan como uno mismo y único. El descarte en el enunciado está fuera de rango.
La respuesta a si hay solución a este problema es que no hay respuesta a si hay solución a este problema ya que no se trata de "este problema", si no de todos los problemas, de un único problema, en cuyo caso, la respuesta sería afirmativa.
Las preguntas son infinitas, sobre todo en momentos en los que no se puede responder a ninguna. Pero, sin embargo, todas tienen un nexo común entre ellas: están mal formuladas. Nunca te has parado a pensar que tal vez contextualices demasiado a la hora de formularte una cuestión para resolver un problema? En el momento en el que defines más y más una pregunta, lo estás haciendo con el problema y le estás quitando, en consecuencia, grados de libertad. Automáticamente, con el simple hecho de poner más palabras en la pregunta, estás descartando soluciones.
Este modus operandi funciona perfectamente en facetas triviales de la vida; por ejemplo, antes de salir a la calle, puede que me pregunte a mi mismo: qué pantalón, que no sea el azul, me pongo? Acabo de descartar la solución del pantalón azul en el mismo momento en el que formulo el problema que ha de ser resuelto. Ahora bien, este tipo de actitud, que seguramente derive de una visión del mundo demasiado tecnócrata, que no cuadriculada, no es la más conveniente a la hora de resolver problemas trascendentales y de gran envergadura como puede ser el hundimiento económico de gran parte de un planeta. Si comienzas a definir un problema, descartando soluciones en su propio enunciado, puede ser que acabes de descartar la solución sin ni siquiera darte cuenta.
Verás que he puesto énfasis en recalcar que tecnología y mentalidad cuadriculada son dos conceptos que no tienen necesariamente el por qué casar. La naturaleza, desde una bacteria hasta las innumerables estrellas que giran en armonía, muy lejos de ser organismos tecnológicos, se acercan mucho más al caos y funcionan a partir de fundamentos ambiguos e incomprensibles a los que denominamos postulados. Sin embargo, seguramente has observado innumerables veces, que la naturaleza se basa en muy pocos de estos llamados postulados para crearlo todo. Las formas en espiral que puedes observar en el crecimiento de una planta y de igual manera en la formación de una galaxia, dan solución al problema de construir sin un esqueleto. En un medio fluido denso, la naturaleza decide siempre tomar formas ovaladas y en el mismo orden, pese a que suene completamente dispar, un perro decide estar durmiendo el mayor tiempo posible. Todos ellos están aplicando un único postulado fundamental, minimizar el esfuerzo. Queda así demostrado que "el universo" es lo más cuadriculado que existe ya que sólo se basa en un gran aspecto para resolverlo todo.
Y esta minimización del esfuerzo pasa por la formulación sin esfuerzo del problema. Hay que hacer un trabajo titánico para plantear una pregunta tan definida y milimetrada como las que oímos actualmente en los medios "informativos". Están violando el primer postulado, la esencia del todo. Pero ello les conviene, porque hace que mucha gente viva de este tipo de trabajos de formular preguntas complejas y sobre todo, sin pegar palo al agua. Se ha formado una pequeña élite social, que no resuelve nada; al contrario, que es especialista en generar preguntas complejas sin solución alguna y que no aporta nada a la sociedad, salvo quebraderos de cabeza y una estructura compleja e insostenible que acabará cayendo por su propio peso. Queda así demostrado que la humanidad no ha comprendido el concepto de simplicidad resolutiva, o, en caso de haberlo comprendido, no quiere aplicarlo por un interés.
La tecnología no es más que una herramienta para ahorrar tiempo en nuestras fugaces vidas y poder hacer, de este modo, en una, lo que llevaría cientos de ellas. Es la solución a ese eterno e innato miedo del ser humano, que es la muerte; se trata de una manera muy occidental de tratar de vencerla. Pero nos encontramos ante un problema de escalas. Estamos aplicando un método resolutivo, que es muy eficaz en algunos contextos para resolver algo en el que eliminar el más mínimo grado de libertad puede suponer la destrucción del todo. Recuerda que vives en un entorno caótico, regido por el principio del "efecto mariposa"; es por ello que el despreciar una solución, por insignificante que sea, puede acarrear una gran catástrofe. Queda así demostrado que ante los aspectos socioeconómicos, más cercanos a la metafísica que a lo material, no hay lugar para definir el problema, ya que todos se tratan como uno mismo y único. El descarte en el enunciado está fuera de rango.
La respuesta a si hay solución a este problema es que no hay respuesta a si hay solución a este problema ya que no se trata de "este problema", si no de todos los problemas, de un único problema, en cuyo caso, la respuesta sería afirmativa.
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