Hoy en día puedes situarte en el punto diametralmente opuesto del planeta en unas veinticuatro horas; ves normal hacer cien kilómetros al día para ir y volver del trabajo y te pides unos tejanos que te gustaron en una tienda americana, que llegan a tu casa a los dos días de haberlos pedido. Hace cinco mil años, el terreno del planeta explorado por un ser humano no creo que sobrepasase los doscientos kilómetros cuadrados; hace quinientos, el medio de transporte más sofisticado consistía en montarse sobre un animal cuadrúpedo y hace cuatrocientos, los barcos permitieron soñar con la conquista del mundo en un "imbatible" récord de unos pocos meses. En este mismo sentido, los grupos revolucionarios del momento veían la posibilidad de recorrer grandes distancias como un camino hacia la liberación social, sujeta hasta entonces al yugo de la opresión de unos Dioses ingratos que sólo se acordaban de unos pocos.
Hoy en día un niño de 6 años sabe leer y escribir; hace trescientos años, casi la totalidad de la población mundial era analfabeta y el simple hecho de no serlo, se consideraba un don reservado a la clase alta. En este mismo sentido, los grupos revolucionarios del momento veían la alfabetización como un camino hacia la liberación social, sujeta hasta entonces al yugo de la opresión de viejas creencias y costumbres.
Hoy en día un chaval de dieciocho años tiene conocimientos de física muy superiores a los que Newton tuvo en toda su vida, que son fruto de siglos de investigación; comprende el sistema planetario en el que vive, domina la relatividad clásica y tiene nociones de conceptos de la relatividad cuántica como el espín, el orbital, el principio de incertidumbre o el concepto de partícula fundamental. Hace doscientos años, ni siquiera existía indicio alguno de la mayoría de los conceptos que he nombrado y, hace cien, estos mismos eran motivo de otorgar un premio Nobel de física a sus descubridores. En este mismo sentido, los grupos revolucionarios del momento veían el conocimiento científico como un camino hacia la liberación social, sujeta hasta entonces al yugo de la opresión de viejos místicos de otra época.
Hoy en día tienes acceso a una fuente infinita de información y en cuestión de unos pocos instantes puedes situarte en cualquier época, desde el albor de lo que comenzó siendo un pequeño grupo de homínidos hasta los últimos acontecimientos que están sucediendo mientras lees esto a miles de kilómetros de distancia, en un mundo superpoblado. Hace cincuenta años, las comunicaciones telefónicas eran una gesta, teniendo que conectar las centralitas a mano para poder establecer la llamada e internet, la telefonía móvil y el GPS eran tecnologías inimaginables, hasta el punto que ninguna película o libro de ciencia ficción de la época hacían referencia a inventos del estilo. En este mismo sentido, los grupos revolucionarios del momento veían internet como un camino hacia la liberación social, sujeta hasta entonces al yugo de la opresión de los intereses económicos de unos pocos.
Hace cinco mil años la humanidad estaba esclavizada por la férrea dictadura de los faraones, representantes en la Tierra de los Dioses que gobernaban nuestro sino.
Hace trescientos años la humanidad estaba esclavizada por la férrea dictadura de los reyes autoritarios, representantes en la Tierra del único Dios que gobernaba nuestro sino.
Hace cien años la humanidad estaba esclavizada por la férrea dictadura de lo que se vaticinaba como un mundo de opresión gobernado por una élite nacional socialista que no atendía a razones, representante en la Tierra del único Dios que gobernaba nuestro sino.
Hace cincuenta años la humanidad estaba esclavizada por la férrea dictadura del oro negro y el uranio, representantes en la Tierra del único Dios que gobernaba nuestro sino.
Yo te pregunto: qué ha cambiado hoy en día?
Hoy en día un niño de 6 años sabe leer y escribir; hace trescientos años, casi la totalidad de la población mundial era analfabeta y el simple hecho de no serlo, se consideraba un don reservado a la clase alta. En este mismo sentido, los grupos revolucionarios del momento veían la alfabetización como un camino hacia la liberación social, sujeta hasta entonces al yugo de la opresión de viejas creencias y costumbres.
Hoy en día un chaval de dieciocho años tiene conocimientos de física muy superiores a los que Newton tuvo en toda su vida, que son fruto de siglos de investigación; comprende el sistema planetario en el que vive, domina la relatividad clásica y tiene nociones de conceptos de la relatividad cuántica como el espín, el orbital, el principio de incertidumbre o el concepto de partícula fundamental. Hace doscientos años, ni siquiera existía indicio alguno de la mayoría de los conceptos que he nombrado y, hace cien, estos mismos eran motivo de otorgar un premio Nobel de física a sus descubridores. En este mismo sentido, los grupos revolucionarios del momento veían el conocimiento científico como un camino hacia la liberación social, sujeta hasta entonces al yugo de la opresión de viejos místicos de otra época.
Hoy en día tienes acceso a una fuente infinita de información y en cuestión de unos pocos instantes puedes situarte en cualquier época, desde el albor de lo que comenzó siendo un pequeño grupo de homínidos hasta los últimos acontecimientos que están sucediendo mientras lees esto a miles de kilómetros de distancia, en un mundo superpoblado. Hace cincuenta años, las comunicaciones telefónicas eran una gesta, teniendo que conectar las centralitas a mano para poder establecer la llamada e internet, la telefonía móvil y el GPS eran tecnologías inimaginables, hasta el punto que ninguna película o libro de ciencia ficción de la época hacían referencia a inventos del estilo. En este mismo sentido, los grupos revolucionarios del momento veían internet como un camino hacia la liberación social, sujeta hasta entonces al yugo de la opresión de los intereses económicos de unos pocos.
Hace cinco mil años la humanidad estaba esclavizada por la férrea dictadura de los faraones, representantes en la Tierra de los Dioses que gobernaban nuestro sino.
Hace trescientos años la humanidad estaba esclavizada por la férrea dictadura de los reyes autoritarios, representantes en la Tierra del único Dios que gobernaba nuestro sino.
Hace cien años la humanidad estaba esclavizada por la férrea dictadura de lo que se vaticinaba como un mundo de opresión gobernado por una élite nacional socialista que no atendía a razones, representante en la Tierra del único Dios que gobernaba nuestro sino.
Hace cincuenta años la humanidad estaba esclavizada por la férrea dictadura del oro negro y el uranio, representantes en la Tierra del único Dios que gobernaba nuestro sino.
Yo te pregunto: qué ha cambiado hoy en día?
Comentarios
Publicar un comentario