Esta es la historia de un tipo al que llamaban el figurante, un tipo normal, pero de vida apasionante. No sabía lo que era el trabajo, ni tener en la mano callos, Pero se lucraba, disfrutaba, con gente poderosa se codeaba, y así, wiskey tras wiskey, pasaban sus mejores años. Ya desde pequeñito no le gustaban los deberes, decía que eran para flojos e insignificante seres, pero cuando había trabajo en grupo, él figuraba y figuraba, y una vez tras otra, la mejor nota siempre se llevaba. En su época universitaria, nada de esto cambiaba, pues en cada clase, en cada seminario, figuraba y figuraba. Aprobaba las materias mediante trampas y chanchullos, engañando a trabajadores a los que denominaba: los suyos. Nada más graduarse consiguió su objetivo, un chalé, chica guapa y un deportivo. Y mientras en su compañía la gente curraba y curraba, él de nada se preocupaba, pues solamente figuraba y figuraba. Para qué trabajar, para qué hacer nada, si todo se lo llevaba aquél qu...
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